El lenguaje en los medios de comunicación: cuando lo inocente no es inocente
Me parece interesante sacar a colación el tema del lenguaje
en los medios de comunicación ya que, en numerosas ocasiones, tengo que escuchar
que algunos tenemos la piel muy fina. Tanto es así, que he llegado a dudar en
muchas ocasiones de si el problema lo tengo yo, que busco el hilo del que tirar
para denunciar discriminación; o si son los otros quienes no ven lo que, en mi
opinión, es un ejemplo dolorosísimo de discriminación.
A menudo, tendemos a ver y escuchar titulares o noticias en los que se
recogen peleas, asesinatos o robos. Y, a menudo también, sólo en algunos casos
se hace referencia al origen del autor de los mismos: “un menor de origen magrebí”,
“dos asaltantes de nacionalidad rumana”, “una banda de jóvenes dominicanos”,
etc. Nunca he entendido el motivo por el que añadir esa coletilla sobre la procedencia,
salvo, obviamente, aquel de señalar y generar miedo o intranquilidad a aquellos
que, en un ejercicio de cobardía, consagran estos titulares y los transforman
en verdades universales.
Démosle una pensada y cambiemos un poco las palabras. ¿Cómo
sonarían los siguientes titulares? “Un menor de Cuenca”, “dos asaltantes de la
provincia de Jaén”, “una banda de valencianos”. ¿Ridículo? ¿O extremaríamos las
precauciones al escuchar a alguien con acento jiennense o valenciano?
Pero podemos ir un poco más allá. Pongamos que estamos de
viaje en Inglaterra o en Italia y leemos un titular de periódico que dijese: “Un
hombre español mata a…”. ¿Consideraríamos xenofobia lo puesto en práctica por
ese periódico? ¿Cómo calificaríamos a aquellos que comprasen habitualmente ese
diario y creyesen en sus titulares?
Con estos ejemplos absurdos sólo trato de poner el foco en lo
innecesario de aportar esos datos en las noticias que ofrecen los medios. Tan
irrelevante es el origen, como la profesión o la altura. Y eso es algo que
deberíamos empezar a interiorizar máxime cuando desde parlamentos y tribunas
vuelven a oírse voces que criminalizan o no según conviene.
Todo lo anterior se materializa en una discriminación
directa que se ha de combatir revirtiendo la situación y sacándonos un poco los
colores a todos porque, nos guste o no, todos caemos en las mismas trampas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario